El Servicio Militar obligatorio cobró una nueva víctima: Antonio Rassi Roque, de 18 años, se quitó la vida con un disparo de su arma reglamentaria en la Unidad Militar El Calvario de La Habana.
La muerte ocurrida el 18 de agosto, fue precedida, aparentemente, por una conducta que reflejaba el deterioro de la salud mental del joven.
“Realmente, el único que sabe qué fue lo que pasó es el niño. No sabemos los motivos porque es un niño que lo tenía todo, cariño, amor. Hasta donde nosotros sabemos, él mismo se disparó. La mamá es la que está pidiendo justicia”, dijo a Martí Noticias, una tía política del fallecido, que se identificó como "Ana".
La escritora e investigadora cubana residente en Georgia, Estados Unidos, Yanetsy Pino Reina indicó a nuestra redacción que las captaciones para la institución militar se hacen sin importar si el joven tiene menos de 18 años.
"El reclutamiento se hace desde las escuelas, porque, en Cuba, los militares también tienen formas de acceso a todo lo que es el Ministerio de Educación, a todo el sistema de escuelas, o sea que para la familia es, prácticamente, imposible escapar de este sistema. Son llamados, incluso sin que los familiares den su consentimiento, ni se les impliquen en el proceso de reclutamiento”, declaró la autora de El Servicio Militar en Cuba: biopoder y control de los cuerpos como mecanismo de opresión.
“Ya es por ley, enviarlos al Servicio porque, de lo contrario, los padres o los tutores de esos niños, al igual que los niños, son procesados por la Fiscalía Militar y se paga con años de cárcel. Son maneras que el poder totalitario cubano utiliza para controlar a todas las personas, sobre todo a los jóvenes”, sostuvo Pino Reina.
En Cuba todos los ciudadanos de sexo masculino están obligados a cumplir con el Servicio Militar, que se rige por la Ley de la Defensa Nacional, el Decreto-Ley 224 y otras normativas militares.
El Decreto 103 de 2024 endureció las sanciones por incumplir el reclutamiento militar, responsabilizó a los padres o tutores de menores de edad por infracciones que estos cometan y estableció que los infractores puedan ser procesados penalmente.
“Él no quería entrar en el Servicio Militar. Eso sí lo sabemos. Los militares ya les dieron toda la información a los padres y también fueron al velorio”, declaró su tía, en referencia al servicio fúnebre efectuado en la Funeraria La Nacional, del municipio Centro Habana.
Martí Noticias trató de entrevistar a Douglas Rassi, el padre del joven, pero se negó a hacer comentarios.
A través del tiempo, numerosas denuncias han salido a la luz sobre los maltratos de oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y de la guarnición de las unidades militares a los reclutas: golpes, humillaciones y abusos psicológicos van a la par con la falta de recursos, la mala alimentación y la falta de supervisión médica.
El centro de asesoramiento legal Cubalex señaló en su página de Facebook que, con el de Rassi, han documentado al menos 15 los decesos de reclutas en servicio militar "en circunstancias marcadas por negligencia, abusos, accidentes y autolesiones".
La ONG también señala "la ausencia de información oficial y de investigaciones transparentes, lo que perpetúa la impunidad y deja a los reclutas en total desprotección".
Por otra parte, Pino Reina afirmó que actualmente son reclutados, inclusive los jóvenes en edad militar que padecen enfermedades crónicas: “Cuando el Servicio Militar de mi hijo, vi hasta jóvenes epilépticos, que antes la epilepsia era una enfermedad por la cual daban la baja, ya no, porque por el éxodo masivo de cubanos, el régimen tiene necesidad imperiosa de tomar a todos los jóvenes en esas edades. No es para la defensa como dicen, es para controlar toda la isla militarizada que han construido”.
“Son utilizados como mano de obra para reforzar la vigilancia, como mano de obra barata para el trabajo agrícola, para el trabajo que ellos necesitan de vigilancia de las Casas de Visitas de los dirigentes de alto rango. Sirven como guardaespaldas, bomberos y en todo el aparato militar que controla el país”, denunció la autora.